6 IMPULSORES DE LA PERSONALIDAD QUE BLOQUEAN TU POTENCIAL

¿Qué viento dirige mi vida que me arrastra a la deriva? J.Manuel Opi Lecina

¿Te has preguntado alguna vez por qué a pesar de todo lo que haces no consigues tus metas? ¿Has sentido alguna vez que otros se te adelantan, que te esfuerzas mucho y no consigues nada o que has perdido muchas oportunidades?

¿Te gustaría saber las respuestas? Es hora de que te pares a reflexionar qué es lo que te hace pensar, sentir y actuar como lo haces. Detrás de la respuesta estará el impulsor de tu personalidad.

Los impulsores de la personalidad explican la fuerza que tienen una serie de creencias en nuestros pensamientos, en cómo nos comportamos y en cómo nos relacionamos con los demás, todo lo cual se traduce en nuestros resultados y en nuestro bienestar.

Su origen se debe a Taibi Kahler y Hegdes Capers, enmarcados en la corriente del Análisis Transaccional, quienes los llamaron inicialmente mini-guiones de vida. Su tesis es que estos mini-guiones condicionan como vivimos nuestra vida y esto influye en el guión de lo que hacemos en nuestra vida.

Se les conoce como guiones o programas porque son mensajes que tenemos fuertemente arraigados en nuestro inconsciente. Son creencias adquiridas desde la niñez. La forma en la que nos han transmitido estos mensajes, y cómo los hemos asimilado e interiorizado enmarca nuestra realidad, y desde ese marco actuamos y nos relacionamos.

Los 6 impulsores de la personalidad que pueden estar limitando el desarrollo de tu potencial:



1.-SE PERFECTO, no se puede fallar: ¿Te suenan estos mensajes revoloteando por tu cabeza?

“Las cosas se han de hacer bien, cueste lo que cueste”, “sólo hay una forma de hacer las cosas: bien”, “las cosas o se hacen bien o no se hacen”, “las cosas o están bien hechas o mal hechas, no hay punto intermedio”, “lo más importante es que esté perfecto”, “tienes que ser el mejor, no puedes fallar”.

Las personas bajo este impulsor suelen tener dificultad para acabar proyectos, para tomar decisiones, suelen emplear mucho más tiempo del necesario en hacer las cosas, lo que les impide cumplir objetivos, y ser eficaces y eficientes. Suelen sufrir parálisis por el análisis, pues quieren tener todos los detalles controlados, tener toda la información. Nunca consideran que algo esta terminado porque siempre puede revisarse otra vez para que este mejor.

2.-COMPLACE, los demás siempre primero: ¿Te resultan familiares estas frases?

“No se puede ir de independiente por la vida, te quedarás solo”, “lo más importante es que los demás se sientan a gusto”, “no seas egoísta y ayuda cuando te lo piden”, “que te cuesta complacerle, nunca sabes cuando podrás necesitarlo”, “no lleves la contraria porque te mirarán mal”, “No seas egoísta, primero hay que pensar en los demás”

Las personas en las que domina este impulsor piden permiso para todo y esto les resta autoridad y respeto. Suelen anteponer las necesidades de los demás a las suyas, y esto hace que se dediquen a realizar cosas para otros en vez de llevar a cabo las acciones que les conducen a sus objetivos. Se suelen cargar de trabajo por querer decir si a todo el mundo, sin dar prioridad a su tiempo y sus objetivos.

3.-ESFUÉRZATE, al menos lo habrás intentado y eso es suficiente: ¿Te suena haber oído algo como esto?

“En esta vida lo que no cuesta esfuerzo no merece la pena”; “No lo conseguirás, pero inténtalo”, “solo con esforzarte ya tiene su mérito”, “lo importante es intentarlo, sino lo consigues no pasa nada, porque te has esforzado”

Quienes tienen este impulsor en un nivel alto son personas que viven para el hacer. Su sentimiento de valía y competencia se asienta sobre estar siempre haciendo algo, ocupados y activos. Sin embargo suelen hacer muchas cosas por el mero hecho de hacer, sin priorizar, sin criterio, sin vinculación al objetivo y en muchos casos sin pensar en el sentido que tiene hacerlas. No planifican las actividades, se ponen objetivos poco claros y suelen querer hacer muchas cosas que luego no pueden cumplir. Para ellos el mérito está en intentarlo y esforzarse aunque el resultado sea mediocre y esa es la medida de valoración que tienen sobre los proyectos y las personas.

4.-DATE PRISA, hay que hacer las cosas rápido: ¿Oyes o has oído esto con frecuencia?

“Date prisa”, “siempre andas el último”, “el que da primero, da dos veces”, “si no eres rápido se te van a adelantar”, “Si no eres rápido nunca conseguirás nada en esta vida”; “Siempre te tenemos que esperar”

Las personas bajo este impulsor viven con el temor de no poder terminar las cosas a tiempo, por lo que se apresuran más, y normalmente cometen errores. Suelen ser personas que siempre van aceleradas, que no se conceden tiempos de reposo entre tarea o acciones, van de una a otra casi sin terminar. No suelen revisar nada de lo que hacen por lo que no detectan errores a tiempo. Piensan que si no se abalanzan sobre todo perderán alguna oportunidad.

Cometer errores por ir deprisa les hace tener que rehacer los trabajos varias veces, lo que supone pérdidas de tiempo que les impiden hacer otras cosas más importantes.

5.-SÉ FUERTE, ser débiles es de cobardes: ¿Recuerdas haber escuchado estos mensajes?

“Llorar es de debiles”, “no me seas quejica”, “Si cedes te comen”, “Hay que conseguirlo, sea como sea”, “A mí que no me vengas con llantos”

Si tienes fuertemente arraigado este impulsor probablemente seas una persona aconstumbrada a ocultar las emociones, sobre todo las que puedan significar debilidad: miedo, tristeza, ternura. Para ti pedir ayuda es un símbolo de debilidad, si bien es probable que seas condescendiente en ayudar a otros pues tu eres el fuerte. A veces estas personas tienen dificultad para trabajar en equipo ya que quieren imponer sus criterios y puntos de vista.

Suelen ser personas autosuficientes que se cargan con mas trabajo del que pueden y a quienes les cuesta delegar, lo cual puede acarrearles problemas de salud, así como no cumplir con todo lo que asumen o hacerlo de forma poco excelente.

6.-TEN CUIDADO, el mundo es peligroso:  A menudo sientes que te susurran cosas como

“No te fíes”, “Antes de actuar piénsalo dos veces”, “Fíjate antes de hacer las cosas”, “y si sale mal”, “Mira bien lo que vas a hacer”

Las personas con un nivel alto de este impulsor tienden a ser excesivamente cuidadosas y recelosas. Se preocupan por todo en exceso, ven peligros por todas partes. Cualquier fallo o error, y cualquier revés es para ellos transcendental y puede suponer el declive de todo. Esto les lleva a ser indecisas, a procastinar, a no pasar a la acción. Les cuesta colaborar y compartir porque no se fían y piensan que se van a aprovechar de ellas.









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